En medio de la agitación económica mundial, Turquía se enfrenta a importantes desafíos, particularmente dentro de su sector agrícola. Como informa Kamil AşkınPatates Tarımí ve Sanayi, el país se encuentra entre los más afectados por las tensiones económicas actuales. Dado que el sector agrícola sirve como columna vertebral de diversas industrias, incluidas la farmacéutica, los fertilizantes, la energía, los combustibles, las semillas y la mecanización, es evidente que sin prácticas agrícolas sostenibles y eficientes, todo el panorama agrícola fracasa.
Siguiendo los meticulosos escritos, pronósticos y declaraciones de empresas globales que proporcionan insumos a la agricultura, la sostenibilidad emerge como un tema central. En medio de las preocupaciones por el calentamiento global, la disminución de los recursos del suelo y la escasez de agua, existe un esfuerzo concertado para lograr productos y semillas más eficaces, reducir las emisiones e invertir en investigación y desarrollo. Sin embargo, en medio de estos esfuerzos a largo plazo, ¿qué se puede hacer en lo inmediato?
En la Turquía actual, donde los precios del diésel han subido a 45 TL y más, y con constantes fluctuaciones monetarias que provocan un aumento vertiginoso de los precios de insumos agrícolas como medicinas, fertilizantes, energía y semillas, surgen preocupaciones con respecto a la viabilidad de las futuras producciones de papa y el nivel de confianza en las prácticas de sostenibilidad. El optimismo aparentemente ha dado paso a una aprensión profundamente arraigada.
Mientras los países desarrollados de Europa occidental son testigos de las protestas de los agricultores por sus derechos, la lucha silenciosa de Turquía persiste. Cada agricultor o empresa turca, que reposta silenciosamente sus tractores y cuida sus campos, merece reconocimiento y apoyo, especialmente en estos tiempos difíciles. Con una inflación en los países de la UE del 3-4%, yuxtapuesta a la asombrosa tasa de 15 veces de Turquía, la necesidad de apoyo se vuelve aún más evidente.
Contratos que favorecen a los productores…
Reconociendo la gravedad de la situación, la Organización Europea de Productores de Consumo de Patata ha desarrollado una herramienta de contrato para comparar los precios de contrato ofrecidos por diferentes compradores. Los datos, que piden urgentemente un aumento del 10% en los precios contractuales para la cosecha de 2024 para cubrir los costos de siembra y garantizar la viabilidad futura de los productores de papa, subrayan una coyuntura crítica que exige respuestas proactivas al aumento de los costos y las incertidumbres en la industria.
El aumento del 10% en los precios contractuales surge como una medida estratégica para sostener el cultivo de papa en medio de desafíos crecientes. Mientras algunas empresas optan por la tolerancia ante las pérdidas, otras incorporan cláusulas que favorecen a los productores, como aumentos graduales de precios en función de la duración del almacenamiento de las patatas almacenadas. Fortalecer a los pequeños agricultores es primordial para la seguridad y el suministro de alimentos, y aumentar progresivamente los ingresos, como en nuestro caso, sin duda contribuirá al desarrollo inclusivo de una nación con niveles de ingresos bajos a moderados.
¿Deberían considerarse tales enmiendas? Sin duda, merecen discusión.