Es común pensar que los cultivos alimentarios van a sufrir efectos negativos por el aumento de las temperaturas globales o el déficit hídrico que genera el cambio climático, sin embargo, los efectos potenciales dependen mucho de las condiciones ambientales de cada zona agroecológica, de los requisitos climáticos de las especies y variedades cultivadas.
La papa es un cultivo primavera-verano que presenta altos requerimientos térmicos para la fase de emergencia, tuberización y llenado de temperatura, que van desde los 14 ° C a los 25 ° C.Dado que su cultivo en áreas tropicales o subtropicales generalmente excede estos requerimientos térmicos, un 1 o Se espera que un aumento de 2 ° C por encima de la temperatura ambiente promedio actual debido al calentamiento global tenga efectos negativos en el rendimiento. Se esperan efectos similares en regiones con climas mediterráneos como el centro de Chile, donde las temperaturas máximas en verano han ido aumentando junto con una menor disponibilidad de agua para riego como consecuencia de la sequía. En este contexto, es imposible pensar en el cultivo de patatas sin riego en estas regiones.
Actualmente en la zona sur del país, donde se concentra la producción nacional de papa, el cultivo crece a temperaturas promedio cercanas a los 14 ° C, magnitud subóptima para diversas etapas de su desarrollo. A pesar de que durante algunos días del ciclo se alcanzan temperaturas supra óptimas durante unas horas al día, la planta no experimentaría daños permanentes en su desempeño fisiológico.
Estudios de campo realizados en el Universidad Austral de Chile, de los investigadores que suscriben este artículo, han demostrado que, dependiendo de la duración y el momento del aumento de temperatura durante el ciclo de cultivo, la papa respondería positivamente al aumento esperado de temperatura. debido al efecto del cambio climático para la zona sur de Chile.
Temperaturas más altas (+3 a + 7 ° C) por un período corto (20 días) al inicio del llenado de los tubérculos estimulan la fotosíntesis, la duración del área verde de la hoja y por tanto prolongan el llenado de los tubérculos generando un aumento en rendimiento promedio de 30%, tanto en variedades nativas (Chona Negra) como comerciales (Karú INIA y Desiree). Los investigadores demostraron que la ventaja obtenida con un breve período de calentamiento,
Estos resultados experimentales permiten inferir que las condiciones térmicas de la zona sur de Chile seguirán siendo favorables para el desarrollo de la papa, incluso en escenarios de cambio climático. En este contexto, adelantar las fechas de siembra, una medida de adaptación sugerida para otros cultivos, no sería necesariamente favorable para el cultivo de papa, porque lo expondría a temperaturas subóptimas. El uso de variedades tolerantes o que respondan positivamente a los aumentos de temperatura, por otro lado, aparece como una estrategia de adaptación que puede traer beneficios a los productores y para lo cual es necesario continuar la evaluación en diferentes genotipos.
A pesar de los resultados positivos de estos estudios, no debemos dejar de considerar que se espera un aumento en la frecuencia de eventos de temperaturas extremas. De hecho, en las últimas décadas se ha producido un aumento del total de horas que el cultivo está expuesto a temperaturas muy elevadas (> 32 ° C), lo que puede provocar daños fisiológicos irreversibles en los cultivos. En Valdivia, por ejemplo, el número de horas de exposición a altísimas temperaturas ha aumentado de 15, en la década de los 90, a más de 80 horas en la presente década, aumentando el tiempo de estrés de las plantas.
Otro factor climático que no se puede ignorar cuando se trata de los efectos de la temperatura en los cultivos es la disponibilidad de agua. La transpiración es el principal mecanismo de regulación térmica de las hojas y, por otro lado, los aumentos de temperatura incrementarán la demanda evaporativa del ambiente, por lo que los requerimientos de agua podrían aumentar. En papa, las diferencias de rendimiento entre un cultivo de regadío y uno de secano pueden llegar al 60%, principalmente debido a una reducción del tamaño de los tubérculos.
Actualmente el 70% del área de papa en la zona centro-sur se produce en condiciones de secano con rendimientos por debajo del potencial que se podría lograr con una disponibilidad de aproximadamente 500 mm en la temporada. Considerando lo anterior, una reducción de las precipitaciones en primavera verano, tal como se proyecta como consecuencia del cambio climático, afectará los rendimientos de la zona sur de Chile, si no se prevé la implementación de riego acorde a los requerimientos de cada territorio.
Un aspecto importante a destacar de esta investigación es que el aumento de temperatura en las condiciones ambientales en el sur de Chile, en secano, produjo un efecto más severo que bajo riego. Por el contrario, temperaturas moderadamente altas combinadas con riego beneficiarían el desempeño del cultivo, con respecto a la condición actual, en variedades comerciales y sorprendentemente en mayor proporción en las variedades nativas evaluadas. Los resultados brindan una clara evidencia de que la papa nativa de Chiloé muestra un comportamiento contrastante con las variedades comerciales, lo que significaría una ventaja para las condiciones climáticas futuras.