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En el bullicioso ámbito de la producción de alimentos congelados, el control de calidad es el eje entre una tanda deliciosa y crujiente de papas fritas y una decepción culinaria. Para uno de los principales proveedores internacionales de venta minorista, mayorista y de servicios de alimentos congelados de papa productos, garantizando el pináculo de la integridad del producto y la calidad superior, ha alcanzado nuevas alturas gracias a la innovadora solución de prueba automática de Fortress Technology.
Imagínese esto: más de dos docenas de detectores de metales Stealth de alta sensibilidad, cada uno armado con transportadores de rechazo personalizados y la prueba automática de última generación Halo, están ubicados estratégicamente a lo largo de las líneas de procesamiento. Estos detectores supervisan la producción de una variedad de delicias deliciosas, desde papas fritas hasta croquetas de patata, asegurando que cada producto que llegue a su plato sea de una calidad inigualable.
Lo que distingue a este sistema es su eficiencia incomparable. Cada hora, cada detector de metales realiza de forma autónoma hasta nueve pruebas de validación de la máquina. Son 180 o más pruebas repetibles en varios SKU y bolsas de papas fritas de diferentes tamaños, que van desde 225 gramos hasta unos sustanciales 9 kilogramos. Este meticuloso proceso de prueba se debe a la implementación de Halo Automatic Testing, una tecnología que no solo agiliza el proceso de control de calidad sino que también minimiza el desperdicio.
Tradicionalmente, probar el rendimiento de los detectores de metales de las cintas transportadoras implicaba trabajo manual, un proceso que requería mucho tiempo y recursos. Sin embargo, con la introducción de Halo, esta fábrica de papas fritas congeladas ahora puede programar y ajustarse al programa de pruebas de verificación del desempeño de cada cliente. Esto incluye probar de forma independiente los tres metales en varias posiciones dentro de las bolsas de productos, un requisito crítico establecido por clientes exigentes como las cadenas de comida rápida.
El desafío clave que aborda este enfoque innovador es el "efecto producto". En el caso de productos congelados grandes y voluminosos que pesen hasta nueve kilogramos, una sola prueba podría dar lugar a un número excesivo de falsos rechazos. Al probar los tres metales en tres posiciones diferentes, el sistema garantiza que las muestras de metal no queden enmascaradas por el producto, lo que confirma la precisión del sistema de rechazo. Esto es especialmente vital en productos congelados a granel, donde las características pueden cambiar debido a una ligera descongelación durante la fase de inspección.
La gerente comercial de Fortress Technology, Jodie Curry, enfatiza la importancia de esta metodología y afirma: “Probar los tres metales en tres posiciones garantiza que las muestras de metal no queden enmascaradas por el producto en ninguna posición y también confirma que el sistema de rechazo está rastreando correctamente. Esto es especialmente importante en productos congelados a granel, cuando las características pueden cambiar debido a una ligera descongelación durante la fase de inspección”.
Este salto tecnológico no sólo significa un cambio de paradigma en el control de calidad dentro de la industria de alimentos congelados, sino que también presagia una nueva era de eficiencia y precisión. Con la solución de pruebas automáticas de Fortress Technology, el viaje desde la granja hasta el congelador y la mesa ahora está imbuido de un nivel de garantía y calidad en el que los consumidores pueden confiar.