El 19 de noviembre, la Xunta anunció el levantamiento de la prohibición de plantar papa en otros nueve municipios de las provincias de A Coruña y Lugo afectados por la polilla guatemalteca (Tecia solanivora povolny). A la espera de que la medida entre en vigor una vez sea publicada en el PERRO, desde la consellería adelantaron que
se podría volver a cultivar en Cariño, Ortigueira, Neda, Lourenzá, A Pastoriza, A Pontenova, Riotorto, Ribadeo y O Valadouro
porque no registró captura de polilla en los últimos dos años. Estos consejos ya no son áreas infestadas y ahora se incluyen como zona de amortiguamiento. Se permite el cultivo, pero las plantaciones serán monitoreadas de cerca.
Además, las personas que decidan plantar deben notificarlo al Ministerio de Asuntos Rurales. Deben cubrir un modelo de declaración de plantación, que se puede encontrar en los diferentes servicios de la Administración y enviarlo al departamento (registro presencial o online). Deben indicar el área a sembrar, dónde se ubica y quién es el responsable de la misma. No será necesario especificar los kilos a sembrar. Los interesados también deben saber que para completar este trámite tienen una fecha máxima hasta el 1 de abril. Se considerarán ilegales las fincas donde no se reporten plantaciones.
Las declaraciones permitirán al departamento saber exactamente cuántas plantaciones hay . Es un dato relevante para la Administración, que mantendrá las medidas de control y vigilancia previstas en la legislación para controlar la propagación de la polilla.
Siembra de patatas de vigilancia
Desde Medio Rural recuerdan que controlarán especialmente las plantaciones incluidas en la zona de amortiguamiento. Las tareas de vigilancia y seguimiento seguirán siendo realizadas por el personal de Tragsatec, que suele realizar las tareas de control en campo, y los técnicos de la Xunta serán los encargados de levantar las actas en caso de incumplimiento de la normativa. Tampoco se descarta que con el tiempo se vaya activando un control de drones para conseguir una vigilancia más exhaustiva. En este sentido, ellos
Recordemos que la ley fitosanitaria establece que 3,000 euros es el importe mínimo para una falta calificada de grave.
El Ministerio también avanza que, luego de reabrir estos nueve concejos a la plantación de papa, si finalmente surge el caso y se detecta la presencia de la polilla en los próximos meses, se cerrarían áreas por lugares o parroquias por un período de dos años.
«Como cousas van mellor no control da prague. Foi moita xente quien participó y decidió plantar patatas »
Víctor Novo Vázquez, jefe del Servicio de Producción y Sanidad Vexetal del departamento, destaca que se ha avanzado en el control de la plaga. Asegura que de los 34 ayuntamientos en los que inicialmente se prohibió la plantación para intentar frenar el avance de la polilla, ahora solo quedan quince municipios gallegos infestados en los que aún no se puede cultivar este tubérculo.
“Como cousas van mellor ningún control da praga gracias a todo o esfuerzo que arregla y que es hacer que moita xente se ciña a las pautas”, explicó Víctor Novo, quien aplaudió la responsabilidad de quienes son conscientes de que con una mala acción individual se puede perjudica a todo un concejo e incluso a grandes zonas productoras cuyas economías se basan en el cultivo de la patata: «Foi moita xente que estaba implícito y deixou de siembra. É unha praga moi específico: se non hai pataca, non hai praga. Creo que somos polo o camiño gracias a la implicación de la gente ». Además de no cultivar, también resultó eficaz limpiar y desinfectar a fondo los espacios donde se acumulaban semillas o tubérculos.
Novo recordó que la comisión de seguimiento nombrada en ese momento celebra al menos dos reuniones al año (la próxima será en abril o mayo) en las que se analiza la situación y en qué ayuntamientos o territorios se puede levantar la veda o en cuáles se debe seguir. . Como complemento a la vigilancia, existen unas 1,400 trampas para polillas distribuidas en puntos estratégicos de Galicia.
¿Depende de la variedad?
Respecto a las diferentes variedades que se están plantando patatas en suelo gallego, la Consejería realizó en su día un ensayo para saber si alguna de ellas era más resistente a esta plaga. El responsable del servicio indica que el estudio concluyó que no existe mayor resistencia en una variedad frente a otras.