El Consejo Nacional de la Papa (NPC) de los Estados Unidos permanece alerta mientras persiste la amenaza de introducción de verrugas de la papa en suelos estadounidenses a partir de papas originarias de la Isla del Príncipe Eduardo (PEI), Canadá. A pesar de las medidas adoptadas por Canadá en noviembre de 2021 para detener las exportaciones a EE. UU. tras la detección de verruga de la papa, las preocupaciones continúan aumentando dentro de la industria de la papa de EE. UU.
Tras la detección, las exportaciones de patatas de mesa del PEI se reanudaron en marzo de 2022, aunque en condiciones específicas, y las patatas de siembra siguen prohibidas. Sin embargo, un informe publicado en octubre de 2022 por el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del USDA (APHIS) destacó el riesgo inherente y los costos asociados a la importación de papas PEI, lo que indica una falta de estrategias de mitigación efectivas.
Kam Quarles, director ejecutivo del Consejo Nacional de la Papa, expresó su frustración por la aparente falta de urgencia para abordar el tema, citando presiones políticas y una aparente disparidad en los estándares entre Estados Unidos y Canadá. A pesar de los esfuerzos de la industria estadounidense para combatir problemas similares en el pasado, como la infestación del nematodo del quiste pálido (PCN) en Idaho, Canadá no ha correspondido a la reciprocidad en las normas.
De particular preocupación es la reclasificación de algunos de los campos de PEI de bajo riesgo a alto riesgo por parte de la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos (CFIA) debido a las dificultades para contener la enfermedad dentro de los suelos de PEI. La demora en implementar los cambios necesarios para mitigar la propagación de la verruga de la papa exacerba la frustración de las partes interesadas estadounidenses, con importantes implicaciones económicas en juego.
Si bien actualmente no hay evidencia de verruga de la papa en suelo estadounidense, la falta de urgencia para abordar el problema plantea un riesgo significativo para los productores estadounidenses. NPC estima pérdidas potenciales de 225 millones de dólares anuales en exportaciones a los mercados de papa fresca, además de importantes costos internos directos e impactos indirectos en la industria.
NPC continúa abogando por la acción tanto del USDA como de la CFIA, enfatizando la necesidad de protocolos de prueba significativos y responsables e instando a las partes interesadas a presionar a los tomadores de decisiones para que aborden el problema con prontitud. Las posibles consecuencias de la inacción son nefastas: las regiones productoras de patatas de Estados Unidos se enfrentan a importantes pérdidas de empleos e inestabilidad económica en caso de un brote.
Mientras la industria estadounidense se enfrenta a la amenaza actual, la NPC subraya la urgencia de abordar la cuestión para salvaguardar los intereses de la industria de la papa estadounidense. No se puede subestimar la necesidad de esfuerzos de colaboración entre Estados Unidos y Canadá para mitigar eficazmente el riesgo que plantean las importaciones de verrugas de la papa, ya que los medios de vida de innumerables personas dependen de una acción rápida y decisiva.