En un avance emocionante para la industria de la papa, los investigadores de la Universidad Federal de Siberia (SFU) han presentado un nuevo tratamiento previo a la siembra que podría revolucionar la forma en que se protegen las papas de las enfermedades fúngicas. Este método innovador consiste en sumergir o rociar los tubérculos de papa con una solución al 1% de un biopolímero biodegradable mezclado con azoxistrobina, un fungicida altamente efectivo. Los primeros ensayos han mostrado resultados prometedores, con tasas de germinación más altas, mejores rendimientos de los cultivos y una calidad superior del producto.
El desafío de las enfermedades fúngicas en la patata
Las patatas son particularmente vulnerables a varias enfermedades fúngicas dañinas, incluida la Rhizoctonia (causada por Rhizoctonia solani), Alternaria (causada por Alternaria solani), tizón tardío (causado por Phytophthora infestans) y el marchitamiento por Fusarium (causado por Fusarium Estos patógenos son más dañinos durante la fase de brotación de la papa, donde pueden causar un retraso en la germinación, un crecimiento atrofiado e incluso la muerte de la planta, lo que lleva a pérdidas significativas del cultivo.
Los métodos tradicionales para combatir estas enfermedades suelen implicar múltiples tratamientos químicos a lo largo de la temporada de crecimiento, lo que genera mayores costos y un mayor impacto ambiental. Sin embargo, el nuevo método propuesto por los científicos de la SFU minimiza el uso de pesticidas y brinda una protección eficaz a largo plazo.
Cómo funciona el método del biopolímero
El tratamiento desarrollado por el equipo de biotecnología de la SFU crea una película protectora fina e hidrófoba alrededor de la semilla de patata. Esta capa a base de polímeros permite la circulación del aire y evita el efecto de “microinvernadero”, que puede ser perjudicial para el tubérculo. La principal ventaja de este método es que el polímero libera gradualmente el fungicida en el suelo a medida que se degrada bajo la acción de las bacterias del suelo, lo que proporciona una protección continua durante las etapas de brotación y crecimiento inicial.
Según la profesora Svetlana Prudnikova, investigadora principal del proyecto, la solución de biopolímeros libera azoxistrobina de forma controlada, lo que garantiza que el sistema radicular de la patata permanezca protegido durante las cruciales primeras etapas de desarrollo, lo que reduce la necesidad de repetidas aplicaciones de fungicidas durante la temporada de crecimiento.
Beneficios ambientales y económicos
Este novedoso método ofrece varias ventajas con respecto a los tratamientos fungicidas convencionales. La más importante es la menor cantidad de productos químicos necesarios, ya que solo se necesita una aplicación del biopolímero antes de plantar. La liberación controlada del fungicida garantiza una protección constante sin necesidad de tratamientos adicionales durante el período de crecimiento.
Además, el polímero biodegradable en sí no supone ningún riesgo para el medio ambiente. Se descompone en agua y dióxido de carbono mediante la acción de las bacterias autóctonas del suelo, un proceso que se ha probado durante más de una década sin efectos nocivos. Esto hace que el método sea respetuoso con el medio ambiente y sostenible.
Desde un punto de vista económico, el método ha demostrado un aumento del rendimiento de la patata de aproximadamente 5.6 toneladas por hectárea. Con el potencial de producción en masa del biopolímero, este método podría ampliarse para beneficiar tanto a las grandes empresas agrícolas como a los pequeños agricultores.
Ampliación de aplicaciones para la agricultura
La versatilidad de este nuevo método es otro punto fuerte. Además de proteger contra los hongos patógenos, el biopolímero podría adaptarse para transportar insecticidas, lo que ofrece un enfoque novedoso para el control de plagas. Los investigadores ya están estudiando el uso potencial de esta tecnología para controlar las plagas que afectan a las patatas y otros cultivos, lo que ofrece una solución de control de plagas más integrada y sostenible.
El innovador tratamiento previo a la siembra de patatas desarrollado por investigadores de la SFU es un avance significativo en la biotecnología agrícola. No sólo ofrece una solución más sostenible y rentable al problema persistente de las enfermedades fúngicas, sino que también demuestra el potencial para aplicaciones más amplias en el manejo de plagas y enfermedades. Este método promete mejorar los rendimientos de las patatas, reducir el uso de productos químicos y contribuir a prácticas agrícolas más sostenibles. A medida que avanza la investigación, el futuro de la protección de los cultivos podría verse revolucionado por esta tecnología de biopolímeros de alta eficiencia y respetuosa con el medio ambiente.