Ingredientes:
Para las albóndigas:
- 4 patatas russet grandes (alrededor de 2 libras o 900 gramos)
- 1 1 / 2 tazas de harina para todo uso
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 huevo grande
Para servir:
- Mantequilla (para servir)
- Gravy o salsa de su elección (como salsa de champiñones o salsa de carne)
Instrucciones:
- Hervir las patatas: Empezamos lavando bien las patatas, dejándoles la piel. Colócalas en una olla grande y cúbrelas con agua fría. Agrega una pizca de sal al agua. Hierva el agua y cocine a fuego lento las patatas hasta que estén tiernas, normalmente entre 25 y 30 minutos.
- Pelar y triturar: Escurre las patatas cocidas y déjalas enfriar un poco. Una vez que estén lo suficientemente frías para manipularlas, pela las patatas y tritúralas mientras aún estén calientes. Puede utilizar un machacador de patatas o un exprimidor de patatas para este paso para garantizar una consistencia suave.
- Agrega sal y huevo: Espolvorea el puré de patatas con sal y luego añade el huevo. Mezclar bien para combinar el huevo y la sal con las patatas.
- Agregue la harina gradualmente: Agrega poco a poco la harina a la mezcla de patatas, revolviendo continuamente. Continúe agregando harina hasta que la masa se mantenga unida y ya no esté pegajosa. La cantidad de harina necesaria puede variar según el contenido de humedad de las patatas, pero suele ser alrededor de 1 1/2 tazas.
- Dar forma a las albóndigas: Dividir la masa en porciones iguales y darles forma de bolas de masa redondas. Puedes hacerlos del tamaño de naranjas pequeñas o ajustar el tamaño a tu preferencia. Asegúrese de que estén lisos y libres de grietas.
- Hervir las albóndigas: Ponga a hervir una olla grande de agua con sal. Sumerja con cuidado las bolas de masa en el agua hirviendo, una a la vez. Tenga cuidado de no abarrotar la olla; es posible que tengas que cocinarlos en tandas. Reduzca el fuego a fuego lento y cocine las albóndigas durante unos 20-25 minutos. Deberán subir a la superficie cuando estén listos.
- Servir: Una vez que las bolas de masa estén cocidas, retírelas con una espumadera y colóquelas en un plato para servir. Opcionalmente, puedes derretir un poco de mantequilla y rociarla sobre las albóndigas para darle más sabor. Sirva caliente con salsa gravy o salsa de su elección. Combinan de maravilla con platos checos como la svíčková (ternera marinada con salsa de crema) o el gulash.
¡Disfruta de tus albóndigas checas de patata caseras!