En una medida importante para proteger sus exportaciones agrícolas, la Unión Europea (UE) solicitó formalmente a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que estableciera un grupo de expertos sobre el cumplimiento de los aranceles antidumping aplicados por Colombia a las papas fritas congeladas. Esta solicitud surge tras una serie de consultas fallidas entre las dos partes, y ahora la UE está buscando una resolución formal del asunto. El argumento central de la UE es que las recientes acciones de Colombia no cumplen plenamente con las resoluciones anteriores de la OMC sobre el caso.
Antecedentes de la disputa
El conflicto entre la UE y Colombia se remonta a 2018, cuando Colombia impuso por primera vez derechos antidumping a las patatas fritas congeladas importadas de la UE. Estos aranceles se aplicaron a casi el 85% de las exportaciones de la UE, valoradas en 19.3 millones de euros, y se consideraron una importante barrera al comercio. El gobierno colombiano argumentó que las patatas fritas congeladas de la UE se estaban vendiendo a precios injustamente bajos, lo que podría perjudicar a los productores locales de patatas y al mercado interno del país.
Sin embargo, la Unión Europea refutó estas afirmaciones, afirmando que los aranceles no estaban justificados y no se ajustaban a las normas del comercio internacional. En noviembre de 2019, la UE solicitó formalmente consultas con Colombia en la OMC en el marco del caso de solución de diferencias DS591. Esta medida tenía por objeto abordar las supuestas inconsistencias con las normas de la OMC y encontrar una solución sin agravar aún más el problema.
La decisión de la OMC
En 2022, tras años de deliberación, el grupo de expertos de la OMC emitió un informe final que en gran medida se puso del lado de la UE. El grupo de expertos coincidió con las preocupaciones de la UE sobre los derechos antidumping y afirmó que los aranceles de Colombia eran incompatibles con las normas de la OMC. Además, en diciembre de 2022 se emitió un laudo arbitral en virtud del Acuerdo de Apelación Provisional Multipartidaria (MPIA) de la OMC, lo que respaldó aún más la posición de la UE.
Sin embargo, Colombia impugnó esta decisión, alegando que había aplicado las conclusiones de la OMC al revisar sus cálculos arancelarios. En noviembre de 2023, el gobierno colombiano emitió una Resolución Ministerial, ajustando los márgenes antidumping originales, pero concluyendo que los derechos debían mantenerse. La UE no está de acuerdo con la interpretación de Colombia, ya que considera que el país ha inflado artificialmente los márgenes de dumping utilizando metodologías que no cumplen las normas de la OMC.
Solicitud de la UE de un grupo de expertos sobre cumplimiento
El 31 de mayo de 2024, la UE solicitó formalmente consultas de cumplimiento con Colombia, afirmando que el país no había aplicado plenamente las conclusiones de la OMC. Según la evaluación de la UE, la metodología revisada utilizada por Colombia sigue violando las normas del comercio internacional y sigue afectando injustamente a las exportaciones de patatas fritas congeladas de la UE.
El siguiente paso en el proceso de resolución de disputas será la creación de un grupo especial de cumplimiento de la OMC, que tendrá 90 días para emitir un informe. Este grupo examinará si las acciones de Colombia se ajustan plenamente a las directrices de la OMC y si los derechos antidumping deben mantenerse o ajustarse más.
Implicaciones más amplias para el comercio internacional
El resultado de este caso tiene importantes implicaciones no sólo para la UE y Colombia, sino también para el comercio agrícola internacional. Los aranceles antidumping, que se utilizan para proteger a las industrias nacionales de la competencia desleal, son comunes en el comercio mundial, pero deben cumplir las normas de la OMC. Si el grupo de expertos sobre cumplimiento se pone del lado de la UE, podría sentar un precedente sobre cómo los países deben aplicar las resoluciones de la OMC y abordar las medidas antidumping.
Además, la resolución de este caso podría tener consecuencias más amplias para los exportadores agrícolas de todo el mundo. Muchos países dependen de la OMC para garantizar prácticas comerciales justas, y los esfuerzos persistentes de la UE para impugnar los aranceles de Colombia ponen de relieve la importancia de respetar estos acuerdos internacionales.
La decisión de la Unión Europea de intensificar la disputa sobre los aranceles antidumping aplicados por Colombia a las papas fritas congeladas mediante la solicitud de un grupo especial de la OMC para que se respete el cumplimiento de las normas es un paso fundamental para proteger las exportaciones agrícolas de Colombia. Dado que ambas partes no han logrado resolver la cuestión mediante consultas, la creación de un grupo especial para que se respete el cumplimiento de las normas será un paso crucial para determinar si las acciones de Colombia son compatibles con las resoluciones de la OMC. El resultado de este caso podría tener efectos duraderos en las prácticas comerciales internacionales, en particular para los exportadores agrícolas que dependen de regulaciones arancelarias justas y transparentes.